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Por José Antonio Marina
La Universidad Antonio de Nebrija me ha pedido que organice y dirija una Cátedra sobre Inteligencia Ejecutiva y Educación. Las actividades comenzaron la semana pasada. En esta página del CEIDE ya anuncié que estaba emergiendo con fuerza un nuevo modelo de inteligencia -la INTELIGENCIA EJECUTIVA-, que tendría gran relevancia en educación porque integra y potencia los modelos de que disponemos: el enfoque cognitivo, el de las inteligencias múltiples, el de la educación emocional. Las cosas van más rápidas de lo que pensaba.
¿En qué consiste ese nuevo paradigma? Durante mucho tiempo se pensó que la función principal de la inteligencia era CONOCER; después se reconoció la importancia de la inteligencia EMOCIONAL. Ahora comprendemos que su objetivo esencial es DIRIGIR EL COMPORTAMIENTO mediante metas elegidas, utilizando para ello la información necesaria y la gestión de los sentimientos.
Las funciones de la Inteligencia Ejecutiva, tal como las identifica la neurología y tiene que fomentarlas la educación son:
- Inhibir la respuesta. Es la función esencial porque permite regular el comportamiento por metas lejanas. Cuando no se educa bien esta función nos encontramos con problemas en el autocontrol del comportamiento.
- Dirigir la atención. Esta es una capacidad imprescindible para el desarrollo de la inteligencia. Nos permite concentrarnos en una tarea, mantener las metas y evitar las distracciones. Cuando esta función no se desarrolla, aparecen los problemas de déficit de atención e hiperactividad.
- Control emocional. Es la capacidad para resistir los movimientos emocionales que pueden perturbar la acción y para aprovechar aquellos que favorecen la ejecución de las tareas elegidas.
- Planificación y organización de la metas. Somos capaces de anticipar o imaginar el futuro. Mediante los proyectos transformamos todas nuestras funciones psicológicas. Eso explica la importancia que se da actualmente a la educación por proyectos.
- Inicio y mantenimiento de la acción. Hay niños y adultos que son muy lentos en comenzar una tarea, y les cuesta movilizar la energía necesaria para mantenerla. La activación forma parte importante de las funciones ejecutivas, porque nos permite aprovechar los recursos mentales y físicos. La educación de la perseverancia, la capacidad de soportar la frustración y de aplazar la recompensa, son esenciales para el desarrollo de la inteligencia humana.
- Flexibilidad. Hay personas con mucha dificultad para cambiar de ideas, de estrategias o de metas, incluso cuando la experiencia les demuestra que son inadecuadas. Los prejuicios, las manías, todo tipo de fanatismo derivan de una rigidez excesiva de la inteligencia, que produce efectos negativos.
- Memoria de trabajo. Hay que ser muy tonto para decir que la memoria es la inteligencia de los tontos, porque es el fundamento de toda la actividad de la inteligencia. La inteligencia ejecutiva determina los contenidos de nuestra experiencia que van a ser almacenados en la memoria a largo plazo.
- Manejo de la metacognición. La mayor parte de nuestra actividad mental la realizamos de manera no consciente. La metacognición es el esfuerzo reflexivo para saber cómo pensamos, resolvemos problemas o buscamos información. Es una excelente herramienta para pensar de manera más eficiente, por lo que debemos fomentarla desde la escuela.
Todos los docentes sabemos que estas funciones son imprescindibles para el aprendizaje. Son transversales, y deben ser fomentadas a través de todas las materias que se estudien.
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Los estudios de Derry y Murphy han mostrado que el desarrollo de un mecanismo de control ejecutivo que dirija las actividades de aprendizaje amplía la capacidad de aprender.
Terry Moffit, a partir del Dunedim Study, que ha seguido durante 32 años a más de mil niños, concluye que el aprendizaje del autocontrol es el mejor predictor del éxito escolar, de una buena situación social, de mejor salud y de evitación de conductas de riesgo.
Walter Mischel ha sacado conclusiones muy parecidas a partir de su test de “aplazamiento de la recompensa”. El resultado de este test, que se aplica a niños de cinco años, predice mejor el futuro académico de los niños que los test de cociente intelectual.
Por último, recientemente el Departamento de Educación de EEUU ha publicado el estudio: Promoting Grit, Tenacity, and Perseverance: Critical Factors for Succes in the 21st Century, en el que después de revisar más de cincuenta investigaciones concluye que los “factores no cognitivos” (ejecutivos) son decisivos para el éxito escolar.
En el CEIDE queremos estar en esta nueva frontera de la educación, por eso os mantendremos informados de estos trabajos. Un equipo dirigido por Carmen Pellicer va a elaborar una didáctica de las funciones ejecutivas en educación primaria y secundaria. Las próximas semanas contaré más detalles.
Respuesta a Maria del Carmen.El asunto es más radical de lo que dices. La visión en blanco y negro no es la mas natural. El blanco y el negro son percepciones. Es decir, traducciones conscientes de fenómenos físicos. Puesto que estudias filología, esta metáfora puede seros útil. En psicologia suele utilizarse “traductores”. Los sentidos son traductores -traducen- estímulos físicos en experiencias conscientes. Los colores son experiencias conscientes. Por seguir la metáfora, la traducción del lenguaje cuneiforme transducen, es decir, convierten en lenguaje lo que de otra manera sería sólo unas incisiones grabadas en barro. SIn un lector, existen. Sölo con un lector se convierten en lenguaje. Pues lo mismo ocurre con los colores. Las ondas electromagnéticas existen por si mismas, pero solo se convierten en colores cuando son interpretadas por un receptor visual.
Estimado Profesor Marina,
Soy María del Carmen Murillo Sánchez, estudiante de Filología Hispánica en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres y alumna del Profesor Antonio Viudas Camarasa.
Tras leer su artículo sobre la inteligencia ejecutiva y posteriormente los comentarios sobre el tema, pude ver que el Profesor Viudas me había mencionado en uno de sus comentarios, por eso, impulsada por él me gustaría poder explicarle bien la conversación que tuve con mi Profesor de Filosofía de Bachillerato.
Un día mi Profesor de Filosofía nos hizo esta pregunta: ¿Existen los Colores?, muchos de mis compañeros de aquel entonces respondieron que por supuesto que existen los colores, porque si no cómo podían verlos.
Dado que todos estábamos estudiando el bachillerato de Ciencias de la Salud, hubiese sido más correcto decir que no. La visión auténtica de una persona es la que tenemos por la noche, cuando vemos todo en blanco y negro, por consiguiente los colores son longitudes de onda del espectro electromagnético (luz) que captan los fotorreceptores en la retina del ojo. Por tanto puedo asegurar que los colores como concepto si existen, pero como realidad no, ya que cada uno podemos tener una visión distinta de un mismo color, me remito al caso de los daltónicos que confunden el “verde” con el “rojo”.
Respuesta a Pedro: La relación más importante entre las “funciones ejecutivas” y el aprendizaje es la que existe entre “aprendizaje pasivo” y “aprendizaje activo”. Todos aprendemos continuamente de una manera espontánea y automática, de la misma manera que hacen el resto de los animales.Pero nosotros tenemos una exclusiva: podemos aprender intencionadamente, decidiendo lo que queremos aprender, comprometiendonos en esa actividad . En ese momento, el aprendizaje se convierte en un meta, como puede serlo jugar al tenis. Para alcanzarla tengo que desarrollar determinadas habilidades, igual que el tenista: activar mi sistema mental (el tenista su sistema muscular), dominar el impulso, dirigir la atención, planificar, etc. Quien no desarrolle estas funciones ejecutivas será un “aprendiz” mediocre. No desarrollará sus capacidades y, como estamos en la era del aprendizaje, donde todos vamos tener que aprender continuamente, acabara marginado. Despertar la pasión de aprender ha de ser una meta para todos.
Soy Pedro Manuel Fernández Carmona alumno del profesor Antonio Viudas Camarasa de la asignatura Fonética y fonología españolas.
Querido profesor José Antonio Marina, tras analizar y reflexionar sobre el contenido del post que nos presenta, he llegado a diversas conclusiones y entre ellas me gustaría compartir la más interesante de ellas para mí y, por supuesto, conocer su opinión.
He analizado con detenimiento las funciones de la Inteligencia Ejecutiva que se exponen en este post y considero que estas se pueden encuadrar en un sistema jerárquico de pautas útiles en la educación o una serie de máximas estructuradas de manera ordenada según sus consecuencias y relevancia cuyo objetivo es el aprendizaje.
Pues bien, el sistema del que hablo tendría como primer eslabón la acción del propio profesor, que como portador de conocimientos, debe incentivar el interés por aprender en el alumno, de este modo “se matarán dos pájaros de un tiro”, tendrán lugar por un lado la transmisión de conocimientos y por otro despertar el interés del alumno; este interés conseguirá que el alumno quiera llegar más allá de lo que aprende, motivará su entusiasmo por conocer, hecho que tiene como resultado la fijación de una meta, un objetivo; para llegar a esta meta antes hay que recorrer un camino al que llamaremos “aprendizaje”, para no desviarnos de este camino el mejor guía, al que el alumno deberá acudir por pura necesidad y se podría decir que de manera innata, es el esfuerzo; sin embargo este guía puede resultarle muy pesado al alumno y aquí es donde entra de nuevo en escena el interés pues la unión de ambos da fruto a la perseverancia; gracias a esta última ayuda en el camino del “aprendizaje” podremos controlar los posibles estados emocionales que puedan perjudicarnos como la frustración; así pues, a tan solo unos pasos de llegar a la meta el alumno habrá adquirido una técnica para recorrer este camino que, sin duda, repetirá una y otra vez (manejo de la metacognición); una vez ha superado estos niveles, llegará al final del camino (que por supuesto significará el inicio de otro pues nunca se deja de aprender) y con satisfacción observará todo lo recorrido para conseguir su objetivo, aprender. Me gustaría saber su opinión sobre lo expuesto. Saludos.
Pedro Manuel Fernández Carmona
Universidad de Extremadura”
Mariola, gracias, por los enlaces. Ayer en pequeño grupo llevamos a cabo el experimento social “unidos aprendemos” y hoy mis alumnos ya intercambian información y criterios en un forum de debate privado, aplicando criterios de la inteligencia ejecutiva. Pronto participarán atendiendo la hospitalidad del profesor José Antonio Marina con su propio criterio crítico en esta entrada.
Saludos para todos participantes en este foro.
Antonio Viudas Camarasa.
Universidad de Extremadura
Respuesta a Pilar Garcia. Seguire dando más información en este blog. Como es importante que llegue a los docentes, difundelo cuanto puedas.
Respuesta a Pedro. Podría denominarse así, siempre que el prefijo “meta” no separe. Es la superación (meta) de la inteligencia animal.
Respuesta a Marina Pardo, Me alegra mucho que te haya interesado el artículo. El tema es apasionante. TIenes razón al decir que son funciones ABSOLUTAMENTE FUNDAMENTALES para la vida, para el trabajo, para la crestividad, para la ciencia o para jugar al mus. Para todo. Es importante que la gente se de cuenta. Invita a tus conocidos a que participen aquí.
Estimado profesor Viudas,
quizá algunos de los artículos de la nueva revista Universo UP (dedicada, entre otros temas, al aprendizaje), pueda servirle para dar más luz a este asunto. Por ejemplo:
o
En cuanto al tema de los colores, tengo entendido que son longitudes de onda diferentes… quizá habría que llamar a un físico o a un biólogo para que nos expliquen.
Querido amigo José Antonio Marina, gracias y paciencia, el martes próximo me reencuentro con mis alumnos de Fonética con los que surgió la relación entre significado y significante VERDE. Leeremos su reto y a ver si son valientes mis alumnos de participar en su foro con su etiqueta personal.
Mientras tanto me agradaría que otros foreros animaran el debate.
Buenas noches para todos de sábado 22 de febrero del2014.
Saludos a todos nuestros lectores.
Antonio Viudas Camarasa
Universidad de Extremadura
¿Existe el verde?La sensación “verde” surge de la interacción entre un tipo de radiación electromagnética, la situada en el rango de 550-490 mm, y la capacidad interpretativa del cerebro humano y de algunos otros animales. Si no hubiera seres sensibles habría solamente los fenómenos físicos. Pero los colores han dado lugar a una gran bibliografía lingüística que animo a sus alumnos a explorar. Obras como Basic Color Terms, de Brent Berlin y Paul Kay, o Color categorice in thought and language, de Hardin y Maffi, muestran que los léxicos de cada lengua segmentan el color de distintas maneras. Ya que ha salido el verde, ¿por qué no estudian el léxico del verde en castellano para ver cuantas variantes admite?¿ O el del amarillo que es muy rico, o el del rojo?
Querido profesor Viudas, me parece una iniciativa brillante. Espero que sea interesante para sus alumnos. Hay un tema en la “inteligencia ejecutiva” que tiene relación directa con el lenguaje. Todos enseñamos que el lenguaje tiene una función comunicativa entre un emisor y un receptor. pero ¿por qué estamos hablándonos continuamente a nosotros mismos? El “habla interior” es el órgano principal de la inteligencia ejecutiva, porque mediante él nos damos órdenes, nos hacemos preguntas, buscamos en la memoria, hacemos proyectos. Por no alargar este post, dejo para el próximo la interesante cuestión del “verde”.
Estimado profesor Marina. Estoy entusiasmada al leer el artículo de la “Inteligencia Ejecutiva”. Hoy es un buen día!
Y, ¿por qué? Pues porque el reconocer diferentes inteligencias o formas de inteligencia nos libera y nos iguala como personas. No me dedico a la Educación. Solo soy madre y de mi propia experiencia trato de inculcar a mis hijos esas funciones que usted nos enumera. Y digo de mi propia experiencia, porque yo siempre he sentido que la educación que yo recibí en el colegio y en la Universidad no me preparaba para afrontar cosas tan sencillas como una negativa o fracaso. O para establecer mis propias metas y perseverar sin desfallecer en la primera dificultad, etc. Creo que saber que tenemos múltiples factores que nos hacen inteligentes y que conocerlos y poder desarrollarlos es importante para mantener a la persona en equilibrio. Imagínese qué diferente manera de afrontar una situación de paro, como la que sufren/sufrimos ahora muchas personas en nuestro país, teniendo en cuenta todos estos factores y sabiéndolos manejar o de la manera tradicional -a las bravas- sin ningún recurso interior hacia esa Inteligencia Ejecutiva. Además, creo que todo esto conecta perfectamente con los requisitos y capacidades que claramente las empresas demandan, es decir, con una nueva manera de gestionar los recursos humanos, con la importancia de las personas. Por otra parte, no estaría de más pensar en los colegios en determinadas “Escuelas de Padres” para este tema -si fuera así, ¡¡yo me apunto!!- Muchísimas gracias por el artículo y por la oportunidad de expresarme. Un saludo!
estimado profesor Viudas,
quizá algunos de los artículos de la nueva revista Universo UP (dedicada, entre otros temas, al aprendizaje), pueda servirle para dar más luz a este asunto. Por ejemplo:
En cuanto al tema de los colres, tengo entendido que son longitudes de onda diferentes… quizá habría que llamar a un físico o a un biólogo para que nos expliquen.
Querido profesor Marina y seguidores de este foro, oasis del pensamiento.
De nuevo, José Antonio Marina, voy a intentar colaborar con su proyecto de inteligencia ejecutiva. Le felicito a Usted y a la Universidad Antonio de Nebrija por la iniciativa. ¿Se acuerda que mis primeros alumnos que participaron en su foro fue porque estaban analizando críticamente la Gramática de Elio Antonio de Nebrija? Los segundos se ocuparon de las humanidades y los terceros, que deseo que participen, se enfrentan a desarrollar la “inteligencia ejecutiva” en el desarrollo de una enseñanza-aprendizaje a la que no están habituados, a pesar del VERIFICA del Grado de Filología Hispánica que la instaura ad pedem litterae.
Confunden memorizar contenidos con aprender y de su mano quiero que sepan que existe otro tipo de inteligencia, diferente a la tradicional de aprenderse de memoria unos apuntes, que consiste en adquirir destrezas y transversalidad para tener criterio propio ante la ciencia y generar su propia ciencia.
A lo largo de este dos meses próximos, marzo y abril 2014, les estimularé para participen en este debate, porque me parece muy conveniente para que aprecien su propia capacidad de aprender. No le prometo nada. Son dos grupos de más de veinte alumnos cada uno. Dos grupos diferentes. He pasado de la enseñanza del pequeño grupo a la enseñanza ideal del grupo medio, alejado de la enseñanza imposible con 70 alumnos en un aula universitaria.
Espero, con su hospitalidad, tener suerte en el objetivo que me he marcado. Sería un ejercicio de transversalidad e interdisciplinaridad de la materia que están estudiando: la variación lingüística en español y la fonética y fonología española. Todo ha surgido en las dos últimas clases en que viendo el campo ya primaveral extremeño –los carnavales están a la vuelta de la esquina– les hice ver y mirar las distintas tonalidades de verde del paisaje que se divisa desde nuestra privilegiada aula que mira a la Sierra de Gredos en una segunda planta de un edificio moderno.
Les hice que se fijaran que el verde-alcornoque es diferente del verde-pasto-hierba. La semántica de la palabra “verde” que se sustenta en las distintas pronunciaciones de la voz verde. A coro pronunciamos esta mañana el fonema inicial /b/ e individualmente les hice repetir el alófono [b] en cada realización concreta. Relación semántica con pronunciación concreta en la palabra VERDE. Ha sido toda una Odisea del uso de la inteligencia ejecutiva. Relacionar paisaje verde (Semántica, pensamiento) con fonética articularia (física, anatomía).
Relacionando han llegado al significado múltiple de la palabra VERDE, al inventario cerrado de los fonemas de una lengua y a la variedades inmensas de las realizaciones de los alófonos de los fonemas de las lenguas.
Han aprendido el concepto-conocimiento práctico de fonema, a través de la articulación en voz alta del múltiples alófonos.
Una alumna me ha sorprendido con la lección que aprendió de su profesor de Filosofía en bachillerato: el color verde no existe. Lo ha explicado públicamente en el aula y nos ha convencido. ¿Existe el color verde, profesor José Antonio Marina?
La palabra color verde parece que existe, pero ¿existe realmente el color “verde”?
Espero su respuesta.
Antonio Viudas Camarasa
Universidad de Extremadura
Gracias por tan interesante informacion y me encantara conocer mas, como docente que soy.
Pilar
Muy bueno el artículo. Yo casi la llamaría una Meta-Inteligencia. Compartido.
José Antonio, siempre un placer leerte, gracias.