Acción

ICOT. International Conference on Thinking

Por Jose Antonio Marina

Entre el 29 de junio y el 3 de julio se celebrará en Bilbao  ICOT – International Conference on Thinking–  en la que intervendrán venerables figuras de la psicología y la educación: Howard Gardner, Robert Sternberg, Joseph Renzulli, Edward de Bono, David Perkins, Arthur Costa, Robert Swartz.

En ese evento pronunciaré dos conferencias. En una de ellas presentaré el MODELO EJECUTIVO DE INTELIGENCIA, que durante los últimos años hemos elaborado los  equipos que dirigimos Carmen Pellicer y yo, con el patrocinio del CEIDE y de la Universidad Nebrija. Un modelo ómnibus que va desde una teoría general de la inteligencia y el aprendizaje hasta cómo se debe enseñar a sumar en primero de Primaria.

Vivimos en plena orgía de innovaciones, propuestas, miniteorías, ocurrencias, lo que hace necesario preguntarse: ¿Necesitamos una teoría más? Creo que sí. La especialización, un excesivo culto a la personalidad de los investigadores, y, todo hay que decirlo, al éxito académico o económico, están dando lugar a una “psicología y a una pedagogía de hamburguesa”, compuesta por una agregación de elementos previamente troceados, que conviven pero no se integran. No es extraño que la American PsychologicalAssociation tenga más de cincuenta divisiones, que casi no se hablan entre ellas. Necesitamos una teoría integradora, y eso es lo que estamos intentando elaborar. Estoy convencido de que nuestro modelo es superior a los actualmente existentes. De lo contrario no valdría la pena presentarlo en una reunión  tan sobresaliente.

Reconozco que es superior no tanto por nuestros méritos como por nuestra humildad, porque pretende integrar  los logros de todos los anteriores. La psicología (y la pedagogía) han experimentado en los últimos decenios un frenesí conceptual. El patrón se repite. Un investigador descubre una idea interesante, y, una vez elaborada, se  dedica a mostrar que era la única interesante. La historia de la pedagogía parece una lucha de egos. El conductismo (Skinner) estudió el comportamiento y un tipo de aprendizaje, pero descuidó estudiar la inteligencia, la vida consciente y las emociones.

La “psicología de la forma” (Koffka, Köhler) estudió la percepción y se olvidó de todo lo demás. El psicoanálisis  (Freud, Jung) se ocupó de los movimientos emocionales y no le interesó el resto. La psicología cognitiva (Bruner, Neisser) estudio el procesamiento de la información  y desdeñó las emociones y  la acción. Eso lo había hecho también Piaget. Los psicólogos de la motivación se hicieron tal lio que el concepto estuvo a punto de desaparecer de la literatura científica. La inteligencia emocional(Goleman) nos recordó que las emociones también cuentan, pero no dijo nada acerca del aprendizaje, del conocimiento, de la decisión. Famosos investigadores han unido sus nombres a un tema:MihályCsíkszentmihályi (flow), Carol Dewck (mentalidad de crecimiento), Martin Seligman (psicología positiva), AngelaDuckworth (determinación).

Pondré como ejemplo de lo que digo a las grandes figuras que participan en ICOT. Robert Sternberg es el único que tiene una teoría completa de la inteligencia humana –la teoría triárquica de la inteligencia-  pero solo desde el punto de vista de la gestión del conocimiento. Sus estudios posteriores sobre la inteligencia practica y sobre el amor, no tienen nada que ver con su teoría de la inteligencia. Edward de Bono descubrió el “pensamiento divergente”, y lo hizo con gran brillantez. También comercializó el método Cort para enseñar a pensar. Pero no tiene una teoría de la inteligencia, ni del aprendizaje, ni de la memoria.

Howard Gardner confiesa que fue el primer sorprendido al ver la aceptación que tenía su teoría de las inteligencias múltiples. No ha propuesto, sin embargo, ninguna teoría general de la inteligencia.Y su último libro sobre las “Cinco mentes del futuro” no casa muy bien con el resto de su obra. Swartz trata delskillfulthinking, pero no tiene una teoría de la acción. Pensar bien no basta para actuar inteligentemente. Su método no puede fundar una educación integral.

Cuando se estudian los “hábitos mentales” de Costa, se ve que son un batiburrillo de factores motivacionales, emocionales y cognitivos.  David Perkins, cuyo libro The Mind’s Best Work estudié con admiración cuando escribía Teoría de la inteligencia creadora,-y que con Gardner dirigió desde 1972 a 2000 el ambicioso Project Zero, de la Universidad de Harvard-  se refiere únicamente al pensamiento, aunque poniendo  gran énfasis en el creativo.También intervendrá GuyClaxton, cuyo proyecto Building Learning Power, sigo con gran interés.

Son personalidades muy brillantes, de las que he aprendido mucho, pero que no nos ofrecen una visión completa del sujeto humano. Sobre todo, teniendo en cuenta las incesantes propuestas que nos vienen de la neurociencia, de las investigaciones sobre la memoria y el aprendizaje, del potente interés por el “inconsciente cognitivo”, con especialistas como Bargh,  de la influencia creciente de la obra de Lev Vigotski, o de las posibilidades que presentan las nuevas tecnologías integradas en los procesos de aprendizaje (y no de mera búsqueda de información).

Lo que necesitamos es una teoría que integre pensamiento y emoción, inteligencia general e inteligencias múltiples, memoria y creatividad, originalidad y cultura, neurociencia y práctica educativa, inteligencia y ética, biología y tecnología. Lo que puede integrar todos estos elementos es una idea de la inteligencia que no se centre en el conocimiento, ni en las emociones, ni en las competencias múltiples, sino en la ACCIÓN. La función principal de la inteligencia no es conocer, no es sentir, no es tocar el violín, no es  saber ponerse seis sombreros diferentes, sino DIRIGIR BIEN EL COMPORTAMIENTO.

Creo que nuestra propuesta –que comienza en la neurología y termina en la ética- unifica más información, resuelve más problemas, y permite una aplicación pedagógica más potente que las anteriores. Por eso nos vale la pena seguir trabajando en ella. Popper decía que las teorías deben demostrar su veracidad compitiendo con otras teorías, en una especie de “struggleforlife”. Estoy de acuerdo.

Por eso, en las próximas entradas de este blog voy a enfrentarme a las teorías competidoras, de las que, desde la entrada, me declaro deudor. He aprendido mucho de todas ellas, pero creo que, como Hegel decía, necesitamos una síntesis superadora. Pues vamos a ello. Ojalá os podáis sentir orgullosos de este modelo  que es, en parte, vuestro. 
 

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