Comentarios en: La autoridad del profesor http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/ Centro de Estudios sobre Innovación y Dinámicas Educativas - Fundación SM Mon, 16 Nov 2015 19:10:56 +0000 hourly 1 Por: jose antonio marina http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/#comment-6346 Mon, 30 Sep 2013 17:24:25 +0000 http://www.ceide-fsm.com/?p=2830#comment-6346 José Carlos, tienes razón en tu entusiasta asunción de responsabilidades. Nosotros, los de la trinchera, debemos comenzar. Pero, además, debemos buscar buenos aliados. En primer lugar, dentro del Centro. No nos damos cuenta del poder que tiene un claustro unido, colaborador, con un proyecto compartido. Hablaremos de esto.

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Por: José Carlos Aranda Aguilar http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/#comment-6337 Sun, 29 Sep 2013 07:11:01 +0000 http://www.ceide-fsm.com/?p=2830#comment-6337 De acuerdo con Pedro y con José Antonio. Ante las circunstancias que vivimos son muchos los compañeros que “tiran la toalla”, y para la desilusión y la inhibición de funciones siempre hay causas -o excusas-. Como también es cierto que la clave está en que “cada palo aguante su vela”. Pero los profesionales de la educación, los soldados de infantería que conocen las trincheras, somos nosotros. Esa regeneración necesaria ha de partir de nosotros como profesionales. Ante las dificultades con las que nos enfrentamos solo caben dos opciones: o somos parte de la solución o lo somos del problema. Como dice Pedro, la clave está en que cada uno reflexione sobre cómo contribuir a que esto vaya mejor y no desgastar nuestras ilusiones y energías en quejarnos permanentemente. Cuando el profesor entra en el aula y se cierra la puerta, todo queda atrás; es como cuando se apagan las luces en el teatro, empieza la magia que cada uno somos capaces de crear, esa en la que todo es posible.
Podemos esforzarnos en formar equipo y generar sinergia con nuestros compañeros aunando criterios y actitudes. Podemos regenerar el respeto hacia la docencia a través de nuestras conversaciones con los padres. Podemos entrar cada mañana en el aula con una sonrisa. Sí, es mucho lo que podemos hacer. Seguimos hablando…

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Por: jose antonio marina http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/#comment-6327 Wed, 25 Sep 2013 12:30:54 +0000 http://www.ceide-fsm.com/?p=2830#comment-6327 Respuesta a Jose Carlos Aranda: los casos reales que cuentas muestran a lo vivo que la sociedad debe reconocer su responsabilidad en el descrédito de la escuela. En el post que colgué después de este, hablo de ello. Y en el siguiente hablaré de la responsabilidad de los padres, para terminar después con la responsabilidad de los profesores. Que cada palo aguante su vela.

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Por: jose antonio marina http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/#comment-6326 Wed, 25 Sep 2013 12:23:14 +0000 http://www.ceide-fsm.com/?p=2830#comment-6326 Respuesta a Isidro: Creo que has centrado estupendamente el tema. En la escuela, como en la familia, como en todas las instituciones, el ideal sería
que la autoridad- la excelencia, el respeto- fueran suficientes. Me recuerda una frase de un senador americano que dijo: “El problema entre judíos y palestinos tiene una solución sencilla. Basta con que todos se comporten como buenos cristianos”. Sería estupendo que docentes y alumnos cumplieran con su deber sin ningún tipo de coacción, motivados hasta el entusiasmo, buscando la excelencia y respetando. Ese debe ser el objetivo. Pero hasta que se cumpla, es inevitable tener que imponer limites, aunque sea ejerciendo la potestad.

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Por: José Carlos Aranda Aguilar http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/#comment-6319 Tue, 24 Sep 2013 05:59:59 +0000 http://www.ceide-fsm.com/?p=2830#comment-6319 Es cierto que hemos ido perdiendo autoridad hasta llegar a unos límites irrisorios. Pero creo que no es más que la manifestación en la escuela de un problema de hondo calado social. Se ha asociado el “ejercer la autoridad” con prácticas dictatoriales trasnochadas que a toda costa han de evitarse, cuando esto no es posible. Pero es la “conciencia social abstracta”, esa que nos llega a través de los medios de comunicación, la que va calando poco a poco hasta favorecer una dejación de funciones que deriva en la paradoja que afirma que la mejor educación es dejar que los niños crezcan como setas para no truncar su desarrollo en libertad. Sin embargo, no podemos entender la libertad sin la formación de criterios, sin la responsabilidad derivada de la toma de decisiones consciente. Actuar a capricho no es ser libres y el niño debe comprender que los actos tienen consecuencias, y asumirlas. Cuando esto no se da en las familias, lo demás nos viene dado. Las causas darían para mucho, y seguiré participando, pero me gustaría descender al aula. Para que un grupo funciones como tal, con independencia de la excelencia o “autoridad moral” de un profesor, resulta imprescindible que los educandos asuman como necesarias unas normas de conducta. Como también es necesario que existan unas consecuencias ante el incumplimiento y que estas estén claras. ¿Qué hacemos cuando sistemáticamente un alumno desoye al profesor, grita, golpea, no abre un libro? Alguna respuesta ha de tener. Pero estas actitudes no pueden ser corregidas sin el apoyo del sistema y, mucho menos, sin el apoyo de la familia. Ni uno ni otro lo tenemos hoy por hoy. Algo se ha avanzado en el sistema cuando se le ha otorgado por ley al Director la potestad de sancionar directamente en casos de faltas muy graves, con independencia de que más tarde, ante una expulsión, por ejemplo, hay de pasar el caso por una Comisión de Convivencia; pero hemos vivido una época en que desde que un alumno abofeteaba a un profesor en clase, hasta que fuera expulsado, pasaron tres meses de tramitaciones burocráticas -el caso es real- en que el alumno continuó en clase como si tal cosa. Hace ya veinte años, un padre me decía: “Si tienes que darle una bofetada, se la das sin más”, hoy un hermano espera a la salida del centro al profesor que había sancionado a la muchacha por fumar en el centro, y le propina una paliza con el aplauso de los presentes -caso real- o un abuelo amenaza al Jefe de Estudios con la garrota -caso real-.
Para que una persona pueda respetar la autoridad de otra ha de estar educada en la apreciación de esa autoridad, no en la negación y el enfrentamiento. El problema es que los alumnos que impiden el normal desarrollo de una clase están adiestrados en la bipolaridad y en la negación. Cuento en Inteligencia natural un caso real muy ilustrativo: una madre acudió a Jefatura de Estudios por una sanción a su hijo: había insultado al profesor en clase. Comenzó a disculparlo cuando el hijo, presente, la calló diciéndole: “Tú te callas, no tienes ni puta idea”. Cuando le dije que no permitiera a su hijo tratarla así, me respondió que su padre también lo hacía. Cuando esto sucede en la familia, difícilmente podemos hablar ni de autoridad ni de respeto al profesor. Pero José Antonio plantea posibles soluciones y algunas van dándose en la modificación de las leyes. A mí personalmente me funciona el no tratar de ser amigo de mis alumnos, sino su profesor, tratarlos con consideración y respeto y procurar entrar cada día con una sonrisa en la cara. Ellos ya tienen muchos amigos, yo puedo y debo ofrecerles otra cosa: pautas de conducta, empatía, conocimiento, recursos y apoyo. Procurar mirar a la persona siempre antes que al alumno y comprender, oyéndoles desde el compromiso humano, que para muchos el mero hecho de acudir al instituto ya es una heroicidad desde sus circunstancias sociales y familiares. No entrar en el juego de la discusión y mantener la voz tranquila y el sentido común. Procurar ser yo mejor persona para poder ofrecerles algo mejor y comprender que el conocimiento es el medio, pero que el fin es formar personas capaces de ser libres y felices. No alzar la voz. Tratar de convencer y aplicar las normas cuando se atraviesan las líneas rojas. Procurar que las líneas rojas estén claras y se conozcan las consecuencias.
Me ayudaría el apoyo de la legislación y el que se implicara a las familias en el proceso educativo. No sé en que momento se dijo aquello de que educar era cosa del cole, pero es el gran error.
José Antonio, planteas un debate sobre el que hay tanto que decir…
Un abrazo,
José Carlos.

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Por: Isidro http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/#comment-6317 Mon, 23 Sep 2013 21:50:54 +0000 http://www.ceide-fsm.com/?p=2830#comment-6317 Gracias, José Antonio.
Una aclaración, por si fuera necesaria. No he querido dar a entender que yo no sepa la diferencia entre los conceptos de respeto y autoridad, sino que, en mi opinión, el discurso posmoderno y el “pedagogismo” actual los confunde.
Me alegro de que digas de que la autoridad funda el respeto. Y me alegro porque creo que uno de nuestros más serios problemas en la escuela es que hay una mayoría de padres y de maestros que piensan que el respeto funda la autoridad, lo que nos hace ir a contrapié o dando traspiés.
Para complicar las cosas, también veo claro que son muchos los padres y maestros que piensan que hablar de autoridad es lo mismo que hablar de potestad y poder. Por tanto, son muchos los que se muestran reluctantes o contrarios a recuperar la autoridad: entienden que es lo mismo que recuperar potestad para mandar.
Si pensamos en Velázquez, no dudaremos en reconocerlo como una gran autoridad en el arte de la pintura. Y esa autoridad suscita respeto y admiración en nosotros. La autoridad funda el respeto. La autoridad artística de Velázquez dimana de la percepción de su genialidad con los pinceles. La expresión y habilidad para mostrar sus conocimientos pictóricos lo convierten en una autoridad en materia de arte. El cirujano que sabe cómo hacer bien operaciones quirúrgicas arriesgadas y complejas es una autoridad en cirugía. La diferencia entre un gran pintor y un gran cirujano es que el pintor no necesita de potestad de mando (o no de manera evidente). El cirujano necesita, aparte de saber y saber hacer, de potestad. Si el enfermero no le hiciera caso cuando le pide el bisturí, el cirujano no podría hacer bien su trabajo. Ese médico necesita potestad. Y no digamos elcapitán de un buque. O un juez. El juez no sólo necesita conocer las leyes y emitir laudos juiciosos para granjearse autoridad personal, también necesita de una potestad para hacer cumplir sus decisiones, de un aparato de coerción a su disposición.
¿Cuál es nuestra situación como maestros? Por alguna extraña razón (o no tan extraña) el pensamiento dominante considera que la autoridad del maestro ha de parecerse o ser idéntica a la de Velázquez. Nos ha de bastar con tener conocimientos pedagógicos y psicológicos para ganarnos el respeto y la autoridad ante los niños. Y se supone que entre esos conocimientos no entra el ejercicio de la potestad: ordenar, mandar, castigar, recompensar… Bien, pues nos guste o no, ningún educador puede prescindir de ejercer la potestad con los educandos. Estamos más cerca del cirujano que ordena al enfermero que le dé las tijeras que del pintor que, sin necesidad de dar ninguna orden ni de castigar o recompensar a nadie, es reconocido como una autoridad. Claro, quien crea que la autoridad es sólo capacidad de mando con los alumnos, errará estrepitosamente. Pero nos debería quedar muy claro también que fallará igualmente quien crea que la autoridad del maestro excluye la potestad.

En resumen: la autoridad funda el respeto. ¿Y qué funda la autoridad del maestro? La excelencia, la expresión magistral del conocimiento, la conducta coherente y decente, predicar con el ejemplo, etc. Cierto, pero si bien es verdad que un maestro que abuse de su potestad, no recibirá de sus alumnos más que odio y rencor, el maestro que, por aprensión a ejercer su potestad o su excesiva condescendencia, permita que reine la confusión y la algarabía en su clase, no obtendrá más que mofa y burlas de sus pupilos (si es que así cupiera llamarles).
Los niños son puro deseo y deseo en estado puro. La edad nos lo apaga un tanto, pero en los niños se expresa con todo su fulgor. Y esto es bueno, porque necesitan el deseo para explorar el mundo y hacerlo intelectualmente manejable. Pero esto también significa que harán lo posible por satisfacer sus deseos, y éstos no son siempre buenos, adecuados o pertinentes. El educador no tiene más remedio que frustrar el deseo del niño muchas veces. No le agradará hacerlo, pero es necesario. Unos padres y unos maestros acomplejados en su labor de ejercer la potestad cuando el deseo del niño no es el adecuado, tienen la batalla y la guerra perdidas. Respetar al niño no consiste en dejarle hacer a su antojo, o tolerarle casi todo, ni consiste en no castigarlo. Respetamos su naturaleza cuando comprendemos que él no puede orientarse en este mundo sin alguien que le imponga deberes y obligaciones, tanto si entiende y acepta esos deberes en el momento de la imposición como si no los entiende. Uno de los más graves errores de la pedagogía igualitarista y antiautoritaria es creer que los niños deben entender nuestras indicaciones de inmediato, y que ellos siempre deben obrar por voluntad propia.

Por último, dejo aquí las palabras de una profesora que dirige un intercambio de alumnos con una escuela finlandesa:

“No se acaban de creer cuando digo que en Finalndia no arman escándalo ni en el recreo, y que el instituto de bachillerato con el que hacemos el intercambio ni siquiera tiene timbres para avisar el fin de las clases y que las clases duran 75 minutos…
Siento vergüenza del escándalo, la mala educación y la suciedad de mi instituto.”

Saludos.

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Por: jose antonio marina http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/#comment-6315 Mon, 23 Sep 2013 12:14:34 +0000 http://www.ceide-fsm.com/?p=2830#comment-6315 Respuesta a Pepa: Espero que siga participando. Producir efecto social es muy complicado. Y tratar estos temas o lo hacemos nosotros o no lo va a hacer nadie. Desde tu experiencia, ¿no notas una cierta pasividad-conformismo- resignación-pesimsmo en nuestros compañeros? Bajo estas dolorosas actitudes ¿no se habrán emboscado también muchas personas que llegaron a la educación de rebote, sin tener ningún interés en ella, y que convierten en excusas lo que tendría que ser sólo una dificultad?

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Por: jose antonio marina http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/#comment-6314 Mon, 23 Sep 2013 12:09:37 +0000 http://www.ceide-fsm.com/?p=2830#comment-6314 Respuesta a Isidro: Siento que en tu interesante post hables de tantas cosas que me es difícil responderlas a todas. La diferencia entre “autoridad” y “respeto” está clara. Como en tantas otros asuntos se trata de un causalidad circular: La autoridad funda el respeto y, a su vez, es reforzada por el respeto. Llamo respeto a la actitud debida ante todo lo valioso y que por serlo merece nuestra atención, nuestro cuidado y nuestra aceptación. Lo merecen los profesores, nuestros padre, los compañeros, el pupitre del cole, los árboles, los animales. Esta actitud, fundamento del comportamiento ético, como señaló Kant, se aprende en la infancia.
El otro tema, que me gustaría tratar en otros post, es el de la “disciplina”. Por supuesto que hay una disciplina que deriva de la “potestad”, del poder coercitivo. No hay nada más estúpido que considerar la tolerancia la principal virtud. Hay cosas tolerables y hay cosas intolerables. Y, por lo tanto, el castigo es un procedimiento pedagógica inevitable, pero que hay que que aplicar con mucha sabiduría y poca irritación. Lo que tenemos que estudiar es que, incluso en este momento,hay profesores que no tienen problemas de disciplina en su aula. ¿Cómo lo hacen? Los docentes NO APRENDEMOS DE OTROS DOCENTES. Y eso es dramático.

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Por: pepa http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/#comment-6312 Sun, 22 Sep 2013 16:35:42 +0000 http://www.ceide-fsm.com/?p=2830#comment-6312 Interesantísimo y necesario tema que debíamos haber analizado los enseñantes hace ya bastante tiermpo. Yo, ya estoy jubilada, pero en toda mi trayectoria profesional defendi y luché por el papel referente de la “autoridad” del maestro…Y creo que somos cada uno de nosotros, en nuestra aula y en nuestro Centro, quienes con coherencia, flexibilidad y perseverancia podamos ganarla…¡Ánimo!

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Por: Isidro http://www.ceide-fsm.com/2013/09/2830/#comment-6311 Fri, 20 Sep 2013 18:58:59 +0000 http://www.ceide-fsm.com/?p=2830#comment-6311 Perdón, se me pasó colgar la dirección del enlace que he comentado. Es ésta:

http://www.youtube.com/watch?v=XpnGHre7r-8

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